Farándula y Espectáculos
El corazón de Panamá vibró con la voz de Silvana Estrada en su primer concierto en el país
Por: Evelyn Vizcaíno
El pasado jueves 15 de mayo, Ciudad de Panamá fue testigo de un concierto inolvidable. La voz de Silvana Estrada, cruda y luminosa, se apoderó del Teatro Amador en una presentación íntima que dejó huella en la memoria colectiva del público panameño.
Por primera vez en el país, la cantautora mexicana ofreció un espectáculo que no solo cautivó por su calidad artística, sino también por la honestidad emocional que emanó de cada acorde.
Desde el primer momento, el ambiente se cargó de una energía única: las luces tenues, los suspiros previos al primer verso, y luego esa voz profunda, suave y desgarradora— que hizo que el tiempo pareciera detenerse.
Durante poco más de una hora, el público, completamente entregado, acompañó a Silvana en un recorrido por sus canciones más emblemáticas, cantando con el corazón en la mano temas como Te Guardo, Marchita y Tristeza.
El Teatro Amador se transformó en un santuario de emociones. Silvana, con su jarana en mano y su presencia serena, demostró por qué es considerada una de las voces más poderosas de su generación.
No hubo grandes efectos ni artificios; solo ella, su música y un público que escuchó con devoción.
Organizado por MIM LATAM (Mujeres en la Industria Musical Latinoamericana), el concierto fue más que un hito para la carrera de Estrada: fue un regalo para Panamá, un encuentro que resonó mucho más allá del escenario.
Cada canción fue un manifiesto de sensibilidad, un abrazo compartido entre artista y audiencia.
Al terminar la noche, el aplauso fue largo, sentido, como si nadie quisiera que se acabara. Porque, en efecto, algo cambió en ese lugar: la música se volvió refugio, resistencia y celebración.
Y Panamá, por fin, pudo escuchar en vivo el latido sincero de Silvana Estrada.
